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Marruecos: La realidad de la prostitución

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Marruecos, Economía y negocios, Educación, Mujer y género, Respuesta humanitaria

Marruecos tiene la reputación de poseer un significativo índice de prostitución. Puede que no sea tan alto como el percibido [1] en muchos de los países del Golfo, pero Marruecos -con la doble distinción de ser un país pobre y altamente turístico- es el hogar de muchas jóvenes mujeres que buscan una «vía de escape». Mientras algunas se van al exterior a estudiar o trabajar, otras se internan en la prostitución. Muchas trabajan en pequeños pueblos de Marruecos y son frecuentadas principalmente por marroquíes; otras se convierten en parte de la gran y desafortunada industria del turismo sexual de Marruecos, de la que un número de casos [2] son procesados cada año. Aún así muchas se dirigen a los acaudalados países del Golfo [3] para trabajar; algunas lo hacen como estilistas o artistas, pero otras terminan -por voluntad propia o no- como prostitutas.

Un fenómeno en Marruecos es el de estudiante/prostituta. El blogger Words For Change ha escrito una excelente pieza [4] sobre las jóvenes campesinas de Marruecos quienes, al encontrarse en la gran ciudad para ir a la universidad, terminan involucradas en la prostitución. Un extracto:

En las residencias de mujeres, Aïcha aprendió a vestirse, maquillarse, y caminar como mujer. Es también en las residencias de la universidad donde fue tentada a hacer algo de dinero fácil para pagar la ropa bonita que la hace lucir como una chica de ciudad. El primer paso hacia el abismo fue salir de incógnito con hombres mayores, quienes la invitaban a buenos restaurantes y la hicieron descubrir sus encantos y su feminidad. La estocada final fue cuando ella descubrió que debía pagar con su cuerpo las cuentas para hacer realidad sus mayores fantasías adolescentes.

Una vez que Aïcha se graduó, fue difícil dejar su bien pagada vida nocturna por un miserable trabajo de escritorio o abandonar las luces de la gran ciudad por una pequeña casa en Lhajeb. Me dijo con una voz amarga: “Cuando estaba estudiando, fue sólo para hacer dinero fácil. No me di cuenta que era una prostituta hasta que se convirtió en mi trabajo de tiempo completo luego de graduarme”. Aïcha aún vive en la ciudad y trabaja como prostituta para enviar dinero a su familia y pagar por sus cuentas. Su educación y belleza hacen que hombres ricos y reconocidos de todo el mundo paguen por sus servicios.

Otro post reciente, de Thejoker, apunta [5] que una prostituta en Marruecos luce como cualquier otra persona:

De hecho hay prostitutas que con una simple palabra se involucrarían automáticamente en una conversación contigo. Lo que es deplorable es que muchas de estas chicas estudian, tienen una familia pobre y hacen el trabajo debido a la gran falta de dinero. Una vez vi a una chica, muy joven, quien me pareció que era virgen, ella temía que alguien se le acercara y al final alguien le habló, ella continuó completamente tímida. Es una verdadera pena lo que vemos en las calles de Casablanca. Algunos marroquíes dicen que si una chica no viste el tchadour [velo] entonces pueden estar seguros que es una prostituta. No es como en Europa donde las prostitutas son reconocidas por la ley. En Marruecos es una verdadera mezcla en la que no podemos saber cuál chica es prostituta y cuál no. Yo supongo que algunas chicas visten jeans y ropa occidental y no son prostitutas, pero cada quien tiene que buscar antes de encontrar el verdadero amor.