Los eventos siguientes al ataque al campo guerrillero de las FARC en Ecuador, revelaron que se encontraron computadores portátiles Toshiba entre los escombros. El gobierno colombiano envió las computadoras a INTERPOL para un análisis independiente. Los resultados recientemente fueron hechos públicos y se llegó a la conclusión que las computadoras no han sido manipuladas por las autoridades colombianas. Los documentos, algunos de ellos filtrados a la prensa local y extranjera, relacionan a funcionarios venezolanos y ecuatorianos. El 22 de mayo, el también llamado “escándalo político-FARC” se inició oficialmente, cuando el Procurador General del Estado anunció los nombres de los primeros políticos y personalidades investigados por sus lazos con la guerrilla marxista, basándose en los archivos encontrados en las computadoras personales.

Jaime Restrepo elogia a INTERPOL y al gobierno colombiano, y plantea que la cadena de custodia no fue violada como afirmaba la oposición:

INTERPOL lo ha confirmado: los archivos y contenidos de las tres computadoras portátiles incautadas a las FARC en el campamento del hombre fuerte de las FARC, Raúl Reyes, no fueron modificados ni adulterados o borrados por las autoridades colombianas. Este es el segundo golpe contra las FARC y sus aliados en poco más de dos meses, porque la certificación de INTERPOL implica una garantía independiente que las pruebas encontradas en el campamento ecuatoriano no fueron manipuladas. Si el gobierno colombiano no hubiera tomado la decisión de solicitar una auditoria sobre los equipos y su contenido, la oposición –especialmente, las personas mencionadas en los archivos de Reyes- seguramente estarían vociferando que Uribe y sus “matones” manipularon la información para iniciar una persecución a sus oponentes políticos.

Marsares manifiesta que la conferencia de prensa fue un show y que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, estaba en la búsqueda de apoyo interno para que el pueblo desconozca los escándalos que involucran a su gobierno, tal como lo hacen Chávez y Correa en sus propios países:

¿Qué están buscando [ellos]? No, mostrar la colusión de las FARC con los gobiernos venezolanos y ecuatorianos. Si eso fuera así, la evidencia seria tratada como tal, reteniéndolas, siguiendo las pistas que se desprenden de estas, hasta llegar a los criminales, destruyendo toda su infraestructura, realzando la victoria que ellos solo recobrarían después de muchos años.

Pero no se realizó de ese modo. Desde el comienzo prefirieron hacer un escándalo de ello e informaron por partes, “pedazos” de la verdad, con un claro propósito, poner a Hugo Chávez y Rafael Correa contra las cuerdas para contrarrestar la condena continental a Colombia por la violación de derechos internacionales. Pero ahora, cuando las relaciones pueden volver a la normalidad, ¿Por qué este nuevo espectáculo, buscando crear una gran controversia y una catástrofe económica-política?

Apoyo interno, sin ninguna duda. Que erróneo modo de evadir el cuestionamiento de la legitimidad de su segundo mandato.

Del mismo modo, Chávez lo hace dentro de su territorio y Correa del suyo, Uribe hace lo mismo en su maltrecha Colombia, buscando enemigos extranjeros mediante el blindaje de su poder interno. Penoso Espectáculo. En un periodo en la historia donde nuestros pueblos necesitaban guías para asegurar el futuro, solo son capaces de otorgar simples gobernantes, quienes como se sabe, son tan pequeños como el horizonte limitado de sus odios y ambiciones.

Adam Isacson entrega los nombres de las personalidades investigadas, incluyendo a la controvertida senadora Piedad Córdova, como se esperaba, y el consultor de desarrollo americano, Jim Jones. El cuidadosamente analiza los cargos que pueden enfrentar (Los invoco a leer completamente el post) y culmina su articulo de la siguiente manera.

Pero nuevamente, no sabemos lo suficiente. Realmente no tenemos idea qué hay en esos  archivos, y los supuestos alegatos salen a la luz en la prensa colombiana incluyendo algunos conflictos, tales como la presencia de facilitadores que estén visitando campamentos de la guerrilla, donde se tomaron rehenes. Aquellos que han conversado con la prensa como: Borja, Córdova, Lozano – insisten en que no han hecho nada equivocado y que están dispuestos de cooperar con las autoridades en la primera oportunidad que se les presente. Estas investigaciones deben proceder inmediatamente, y los acusados deberían sin demora ser capaces de confrontar la evidencia en su contra.

 No puede haber tampoco, presunciones o parámetros dispares, que condenen a priori la actuación de unos y justifiquen la de otros. Con la parapolítica, el país, la oposición, los medios y hasta la justicia, trazaron una rasante de medición, prejuzgamiento, juzgamiento y condena, que ahora nadie entendería, pudiera ser cambiada.